Aceite de jojoba: tesoro natural para la piel y el cabello

aceite de jojoba

El aceite de jojoba es la esencia que se extrae de forma natural de las semillas de la planta del mismo nombre; además se trata del único vegetal que genera cera líquida (éster), que es como se conoce a este aceite. La Jojoba (Simmondsia chinensis) es un arbusto que se origina en el desierto de Sonora (entre la frontera de México y EEUU) y del desierto de Mojave ( ubicada en California, Arizona, Utah y Nevada -EEUU-).

Esta especie ha despertado un enorme interés debido a las múltiples propiedades que se pueden extraer de su aceite, tanto físicas como químicas, desde la industria de los hidrocarburos, pasando por la fabricación de plásticos y la cosmética. Pero este interés actual viene precedido por un uso abundante y reconocido por el imperio Azteca previo al descubrimiento de América en el que, durante años, atribuyeron a esta sustancia propiedades mágicas. Los últimos estudios confirman con creces las sospechas que se despertaron entre los aztecas, solo que lo que ellos llaman magia es realmente sabiduría natural: las propiedades de este aceite vegetal están compuestos por unos agentes químicos muy similares a los de nuestra propia piel, lo que genera una enorme cantidad de beneficios al aplicarlo en nuestro organismo.

El prensado de las semillas de la jojoba es el proceso a través del cual se obtiene su aceite, y con el que se elaboran los variados productos cosméticos de los que hablaremos en este artículo.

semillas jojoba

Índice

    Composición del aceite de jojoba

    El complejo interior del aceite de jojoba está compuesto por un 96% de ceramida. Este elemento está presente de manera natural en nuestra piel; concretamente se trata de los lípidos intercelulares que recubren y protegen las membranas celulares de nuestra epidermis. Dicho de otra manera un poco más comprensible, la ceramida es algo así como el cemento que recubre nuestra piel modelándola y haciendo que esta se mantenga firme y elástica. El ataque de agentes externos como el paso del tiempo, el estrés y la contaminación ambiental, entre otros, reduce la acción de estos lípidos de manera que la piel va perdiendo flexibilidad y firmeza y haciendo que emerjan líneas de expresión y arrugas.

    Aceite de jojoba

    Ese elevado porcentaje de ceramida en el interior del aceite de jojoba hace que esta sustencia resulte inmensamente estable a la acción del calor y a la oxidación manteniendo en perfecto estado sus propiedades. Las ceramidas de nuestro cuerpo se encargan, además de regular nuestra hidratación. Esta sustancia que se encuentra en tan elevado porcentaje en la jojoba actúa de manera parecida a como lo hacen las ceramidas de nuestro cuerpo pero otorgando mayor protección ya que estamos doblando la cantidad que de manera natural se encuentra en nuestro organismo, de manera que duplicamos la elasticidad y firmeza y también el nivel de hidratación de nuestra piel. Además, a todas estas ventajas hay que sumar el enorme beneficio que añade el aceite de jojoba: reestructurar el equilibrio graso de la dermis.

    Por otro lado, la composición del aceite de jojoba incluye una buena cantidad de vitamina E. Esta vitamina, también llamada tocoferol, es esencial en el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo. Tal y como señala el Instituto Nacional de Salud “tener poca vitamina E en nuestro cuerpo puede causar daños en los nervios y en los músculos con la pérdida de movimiento corporal o la sensibilidad en los brazos y en las piernas, así como problema en la visión”. Esta vitamina se deshace de los radicales libres que atacan nuestra piel y que hacen que la dermis sufra de envejecimiento prematuro.

    El ácido linoléico es otro de los componentes que se suman al complejo y beneficioso interior del aceite de jojoba. Este ácido destaca por ser uno de los ácidos grasos esenciales que se encuentran en la serie Omega 6, imprescindible para la correcta circulación del torrente sanguíneo. El ácido linoléico no se produce de manera natural por nuestro cuerpo, así que resulta fundamental adquirirlo a través del consumo de alimentos que lo incluyan o en suplementos como el aceite de jojoba. Además, este ácido actúa directamente en la regeneración de las células de la piel.

    Ácido linoléico

    Aceite de Jojoba: propiedades

    Cuida tu pelo

    Una de las propiedades que debemos destacar en el aceite de jojoba es su excelente capacidad para disolver y eliminar el sebum. Esta sustancia cerosa, -lo que llamamos la grasa del pelo-, se instala en los folículos pilosos y generan lo que popularmente conocemos como caspa. También genera otros males para el cabello como son la seborrea del cabello, el síndrome del pelo partido, la polarización del estado de nuestro cabello escorado hacia el pelo extremadamente seco o, por el contrario, el excesivamente graso, así como también tiene consecuencias en las frentes aceitosas, picazones y, en casos extremos, pérdida del cabello.

    De esta manera, el empleo del aceite de jojoba actúa introduciéndose hasta lo más profundo de nuestros folículos pilosos disolviendo los depósitos de sebum y regulando la secreción de esta sustancia en piel y pelo. El uso continuado y dilatado en el tiempo del aceite de jojoba trae como resultados la notable mejoría del cabello en términos de crecimiento y cantidad.

    cuidado del cabello

    Cuida tu piel

    En cuanto al ámbito de nuestra piel, recordemos que el aceite de jojoba está compuesto por un 96% de ceramida, elemento naturalmente presente en nuestra piel. El empleo de este aceite actúa como un excelente refuerzo para luchar contra los agentes externos (estrés, edad, radicales libres, contaminación ambiental...) que restan elasticidad a nuestra piel; además, el aceite de jojoba penetra en nuestra dermis generando un efecto suavizante y protector en ella.

    Por otro lado, realiza una importante función humectante en nuestra piel; es decir, se encarga de que la hidratación en la dermis sea la adecuada, además de regular el paso del agua del exterior al interior y viceversa. En cuanto a los desperfectos que atacan nuestra piel como pueden ser las espinillas, puntos negros, irritaciones y sarpullidos, entre otras afecciones cutáneas, el aceite de jojoba actúa contra ellas de manera natural y muy efectiva.

    Aceite de Jojoba: usos

    Pieles grasas

    Como hemos señalado en líneas precedentes, el aceite de jojoba, debido a la gran cantidad de ceramida que incluye en su composición, tiene la capacidad de luchar contra los depósitos sebaceos que se instalan en nuestro pelo (y que son los responsables de afecciones del tipo de frentes aceitosas) o, directamente, en nuestra piel. En los tratamientos para eliminar el acné es aconsejable añadir al aceite unas cuantas gotas de aceite esencial de tomillo o árbol de té.

    En la bañera

    El relajante momento de introducirnos en un buen baño de agua caliente puede mejorar de manera notable si, además de relajarnos, conseguimos beneficiosos resultados de mejora orgánica. Es decir, introducir en el agua de la bañera dos cucharadas soperas de aceite de jojoba mitigará los efectos desecantes del agua que procede de las cañerías con los inevitables residuos de cal que suele incorporar.

    Hidratante facial

    No olvides que, durante la noche, es el momento en el que nuestra piel descansa de los ataques a la que la exponemos a lo largo del día. De esta manera, es el momento ideal para aplicar algún tónico que la mantenga hidratada durante la noche. Emerge así uno de los principales usos que le podemos dar a nuestro aceite de jojoba; el uso continuado del aceite da como resultado el rejuvenecimiento de nuestra piel al tiempo que la mantiene sana, hidratada y protegida.

    Durante el embarazo

    El uso del aceite de jojoba actúa directamente sobre la piel castigada y estirada que se produce, inevitablemente, durante el embarazo. Aplicarla desde el principio, es decir, en los primeros meses del embarazo previene las estrías y la flacidez disminuyendo sus dimensiones e impacto.

    Acondicionador natural para pieles secas

    Los cutis secos son uno de los agentes nocivos que la acción del aceite de jojoba mejora en gran medida gracias a su enorme poder humectante. Además, el uso continuado de este aceite actúa profundamente en la dermis de manera que, en una o dos semanas la piel comienza a emerger suave y reluce con su brillo natural.

    Cabellos castigados

    En cuanto al pelo, los componentes que actúan favoreciendo y mejorando la salud de la dermis son los mismos que los que actúan sobre los folículos pilosos eliminando los depósitos sebáceos. En el caso de que quieras devolver el brillo a tu cabello y recuperar algo del volumen perdido, debes añadir siete gotas de aceite de jojoba al champú que suelas utilizar y dejar que actúe sobre el cuero cabelludo unos 3 minutos. Una vez finalice el tiempo, debes aclararlo abundantemente con agua. Si lo que le ocurre a tu pelo es que es demasiado quebradizo, lo mejor es aplicar aceite de jojoba directamente en toda la cabeza y mantenerla cubierta con una toalla caliente durante 20 minutos. Una vez transcurrido ese tiempo, tendrás que lavarte la cabeza con tu champú de uso diario.

    Loción tras el afeitado

    El momento del afeitado resulta, en ocasiones, doloroso ya que, al concluir, la piel permanece irritada y enrojecida. Aplicar aceite de jojoba al tiempo que lo mezclamos con agua una vez terminado el proceso puede aliviar tu dermis devolviéndole la suavidad y tersura.

    Desmaquillador

    Resulta que otra de las ventajas del aceite de jojoba es que elimina los restos de maquillaje, incluidos aquellos difíciles procedentes de lápices de ojos o de labios permanentes, por poner un ejemplo. El uso correcto es aplicar unas pocas gotas de aceite a un poco de algodón y extender con cuidado sobre la cara. Notarás cómo tu piel se limpia y se nutre a un tiempo.

    Masajes

    La planta de la jojoba regala su cera esencial para la fabricación de aceites especialmente diseñados para aplicar en masajes. Las propiedades de la jojoba lo hacen particularmente efectivo para el tratamiento de durezas.

    Aceite de jojoba

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